Una Tarjeta de Crédito no es una extensión de tu salario. Es un instrumento financiero que te permite adquirir bienes y servicios mediante un crédito revolvente o línea de crédito, con la condición de que devuelvas el importe dispuesto y a su vez pagues los intereses, comisiones y gastos que apliquen, en el tiempo acordado.
En los últimos años la deuda proveniente de las tarjetas de crédito ha ido en aumento, sin embargo, su crecimiento no ha estado acompañado de una cultura financiera que permita aprovechar las ventajas de este producto bancario. Más bien, la falta de conocimiento en el manejo de tarjetas de crédito ha dado pie para que miles de panameños se endeuden, sin un propósito real, por el uso inadecuado de las mismas, poniendo en riesgo el poder adquisitivo de muchas familias.
Creo que coincidirás conmigo en que hoy es el mejor momento para crear consciencia en el uso adecuado de las tarjetas de crédito. Si actualmente mantienes un saldo pendiente en tu tarjeta de crédito y te sientes estancado, no te desanimes, al principio puede parecerte un poco complicado, pero muy pronto serás un experto.
Lo primordial es tener en cuenta dos fechas importantes que te ayudarán a entender cómo opera el ciclo de facturación de las tarjetas de crédito para que aproveches los días sin cargos de financiamiento y disfrutes los beneficios que ofrecen:
Es la fecha establecida por el banco emisor para el cierre del registro de compras y pagos efectuados, marcando así el fin de un período y al mismo tiempo el inicio de otro. A partir de esta fecha la entidad bancaria establece un lapso de hasta 20 días calendarios para pagar.
Es la fecha límite que define el banco para pagar. Debes pagar "antes de la fecha indicada", de manera que mantengas tu cuenta al corriente y el banco no te penalice por pago atrasado.
Ambas fechas se mantienen fijas cada mes y vienen detalladas en tu estado de cuenta mensual, así no tendrás confusión.
En resumen, una tarjeta de crédito puede ser muy beneficiosa si la sabes utilizar, pero a la vez muy peligrosa si no la empleas con responsabilidad. Te comparto algunos de sus beneficios y desventajas.
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Si aún no has puesto en práctica estos consejos, te recomiendo que a partir de este mes prepares tu presupuesto e incluyas una partida para cada gasto diario que realizas. Recuerda que una tarjeta de crédito no es una extensión de tu salario. Utilízala con inteligencia, no dejándote llevar por compras compulsivas motivadas por deseos y no necesidades. Evalúa cada gasto que vayas a realizar e incluye la política de las 72 horas. Si cruzas esta barrera del tiempo, habrás fortalecido tu fuerza de voluntad y poco a poco habrás cambiado tus patrones de consumo y de pago. Vivir libre de deudas de tarjetas de crédito es POSIBLE.
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